Versalles. Día 2. Primera representación de "La Bella y la Bestia"

La llegada de "La Bella y la Bestia" anoche a la Opéra Royal de Versalles, de la mano de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y Malandain Ballet Biarritz, con el apoyo de San Sebastián 2016 Capital Europea de la Cultura, había generado gran expectación. El público esperaba en un fila paralela a la entrada de la Opera.
Entre los asistentes se econtraban Ana Oregi, consejera de Medioambiente y Política Territorial, y Joxean Muñoz, viceconsejero de Cultura, ambos representantes del Gobierno Vasco llegados a Versalles para apoyar a la Orquesta de Euskadi en su regreso a la Opéra Royal.
La excelente acústica y un foso alto hicieron que el espectáculo se desarrollara de una manera completamente diferente a las funciones en Biarritz. Los músicos, dirigidos por el maestro Ainars Rubikis, fueron testigo de ello nada más extraer las primeras notas de sus instrumentos. Eran las 20:05. La función había empezado. Del espectáculo, impresionan, entre otros muchos momentos, los movimientos de la Bestia, movimientos marcados, rápidos y agresivos y el espectacular el final, en el que todo el cuerpo del ballet es cubierto por un manto dorado enorme, bajo el cual van quedando uno a uno los bailarines. Perfecto broche final cuando el cuerpo se quita la máscara bajo una tenue iluminación como no queriendo desvelar su identidad ni aun con la cara descubierta.
En un corrillo a la salida del espectáculo, cada uno exponía su propia interpretación de la narración. Una gran mayoría coincidió en que el personaje del artista era el propio Thierry Malandain, coreógrafo y director del Malandain Ballet Biarritz. El alma representando a la mujer y el cuerpo al hombre como partes intrínsecas al propio ser. El final de la obra y tal vez el sabor amargo que evoca fue otro tema a debate. Las interpretaciones son diversas. El espectador espera un final feliz acorde con el relato del cuento y también de algunas de las películas que han narrado la historia, pero observa sorprendido una coreografía, una iluminación y una expresión que no parecen sugerir lo mismo.
Al igual que ocurriera al concluir "Cendrillon", el espectáculo que la Orquesta de Euskadi y Malandain Ballet Biarritz presentaron en la Opéra Royal hace ahora dos años, un caluroso y largo aplauso cerró una sesión de estreno perfecta. Sobre el escenario, Thierry Malandain, Ainars Rubikis y todo el cuerpo del Ballet, así la Orquesta desde el foso, saludaron una y otra vez a un público completamente entregado y fundido en aplausos y bravos. Además de por esta calurosa acogida del público, la trascendencia del hecho musical quedó refrendada por la presencia de numerosa prensa, principalmente francesa, pero también internacional. Destaca asimismo la asistencia a la representación de tres progamadores estadounidenses que han venido a Versalles para ver en directo esta nueva expresión de "La Bella y la Bestia", creada por Thierry Malandain sobre fragmentos de varias obras de Piotr Ilich Tchaikovsky.
Y el paso de "La Bella y la Bestia" por la temporada del Château de Versalles Spectacles no ha hecho más que empezar. Hoy sábado volverá al escenario de la Opéra Royal a partir de las 20:00 horas y mañana domingo, a las 16:00 horas.
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